No entiendo
por qué no te vas,
aunque ya te has ido.
Salgo yo más de mí
que tú,
y aún así,
a ratos,
soy capaz de sonreír.
No sé por qué coño
tengo la mala memoria
de no recordar
que tengo que olvidarte.
No sé por qué tú
y no esas piernas
o aquella sonrisa
o los cruces de miradas
que podrían pintarme
de mil colores la razón.
Quiero que me mates
y me salves,
con un golpe de amor,
aquí,
justo donde nacen las mariposas.
Quiero sostenerte,
para lanzarnos
de la mano
al abismo más negro.
No sé,
eres tú,
no a ratos,
sino a cada momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
sonrisas