jueves, 27 de junio de 2013

Son solo momentos

Hay momentos
en los que te comería la boca
y un poco la vida,
hasta quedarnos sin aire
y recuperarnos a suspiros.

Eres una causa perdida
que quiero arreglar a mordiscos
para luego lamerte una a una
todas las heridas del pasado,
cuando hayamos acabado
de follarnos todo el presente.

Hacerte el amor
y deshacerte a besos,
corazón,
que sea la poesía quien nos desnude
y las manos quien
nos despojen de ropa.

Olvidar las frías miradas de la calle
fundiéndome en tu cuerpo.
Sentir la libertad enredándome en tu cuello.
Lanzarte al cielo de un gemido,
y devolverte a la tierra arañándote la piel.

Que eres una causa perdida
y yo solo quiero
dejar perdidas,
al corrernos,
las causas.













martes, 25 de junio de 2013

25

Quizás nos hicimos demasiados poemas,
para haber disfrutado de tan poca poesía.
Quizás esa manera de echarnos de menos,
de repente,
sin conocernos,
no era más que amor
arrugado y medio muerto
antes de nacer.
Quizás nos quisimos demasiado
para no habernos besado.
Habrá que volar alto ahora,
o no
o yo que sé
darnos de bruces contra la realidad,
caminar un poco,
que la espalda de la imaginación
tiene que estar cansada de tanto
soportar nuestro peso y los berrinches.
A lo peor nos obcecamos demasiado
en olvidar
cuando solo hay que empezar a mirarlo todo
con otros ojos.

Es cierto que ya no podríamos volver,
porque ya no somos lo de antes,
pero tampoco tenemos a donde.
De todas formas
yo nunca supe explicarme
y tú nunca supiste entenderme.
El rencor no va a hacer
que volvamos a querernos,
ni a ser lo poco que nos dejamos ser
antes de dejar de serlo.


Esto es lo último que te escribo,
después de todo
he sabido explicar(te)
y resumir(te)
en 25 destrozos
llantos,
gritos,
o poemas.

Sueña bonito.

miércoles, 5 de junio de 2013

24

                            "Llegaste y el invierno se hizo triste"
                         
                   "Quiero respirar y construir un porvenir sin cicatrices"
                       
                     "No quiero que te quedes, no quiero que me dejes,
                          no quiero que bailes con otro que no sea yo"
                                                                                   Diego Ojeda
                       




Me recuerdan tu nombre
como resucitándote de entre todas las cervezas,
para devolverte el aire,
que el olvido ha conseguido arrancarte,
y que vuelvas a mi vida
para quitármela.

Me recuerdan tu nombre
inundándome de precipicios,
lanzándome del más alto abismo
esta vez sin cuerdas, ni abrazos,
ni alas.

Me recuerdan tu nombre
y me enseñan de una patada en el estómago
todas las mariposas muertas
y el motivo de mi tristeza.
Dan tregua a todos estos versos
para que no se me olvide
que no has salido de mí.

Me recuerdan tu nombre
como si yo no supiera
que la primavera no llega
porque tú has decidido marcharte.

Me recuerdan tu nombre
sin que nadie pueda llegar a entender
que cuando tú, las alas eran secundarias
para el vuelo.

Me recuerdan tu nombre
de un disparo en el pecho,
como si me atragantaran el alma
con diez mil despedidas.

Me recuerdan tu nombre
y ya no sé
si me hablan del cielo o del infierno,
del amor o el odio,
del miedo o de todas las ganas que te tengo.

Me recuerdan tu nombre
y con él más de veinte nostalgias,
como desahuciando todo lo superado
de golpe y porrazo,
más fuerte que nunca.

Me recuerdan tu nombre
y me salen las palabras a borbotones
de todas las heridas
que no quisiste curar.

Me recuerdan tu nombre
y a mí se me olvida el mundo.




sábado, 1 de junio de 2013

23

Preguntabas qué pasaría,
si dejábamos de hablar,
si nos olvidábamos,
qué pasaría
si nos cruzábamos,
si nos enamoraríamos.
Y yo me moría por tener tu vida
en mis manos,
mi lengua ardiendo en tu piel.
Me pregunto cuanto tiempo tiene que pasar
para dejar de esperar que vuelvas.

Te odio por no querer quererme
cuando a mí no me cabía más amor en cada verso.

Tú eras mi poesía,
mi lírica,
mi delirio,
mi prosa,
mi balsa,
mi mar,
mi poema.

No me quiero imaginar
no terminar de conocerte nunca.
El corazón no acepta que esto
haya acabado,
que tú seas tú,
y no una parte de mí.
Que puedas enamorarte de otros versos.

Y me congelo de pensar
que mis manos hagan arder otras pieles,
y no la tuya.
Tú mientras vistes tu cuerpo con otras sábanas,
con otras pieles,
son otros ojos los que te observan desnudarte
sin quitarte la ropa.

Es inevitable que olvides todo,
que yo necesite olvidarte,
pero yo solo quiero que seas tú,
quien me destroce las corazas
antes de quitarme la ropa,
que me desnude solo con leerme,
quien me abrigue las heridas.

Y te odio porque no me quieres querer,
porque no vas a volver,
porque te refugias en otros cuerpos.

Y te quiero porque sigues siendo tú
entre todo lo demás,
más musa que nadie,
porque te quiero querer.

Siempre me gustaron las cosas difíciles,
improbables, imposibles,
huir en los mejores momentos,
escribir cuando más duele,
y tú me dueles siempre,
y te quiero y te odio,
y me rompo en cada letra que te escribo,
y que no lees.
Me angustia pensar que ya ni me piensas.

Que las cinco letras de tu nombre
 no van a follarse a las cinco del mío.

Y me duele saber que esto
es el fin de algo que no llegó a comenzar.