lunes, 29 de abril de 2013

Si quieres

Si quieres rompo el reloj,
te cojo la mano
y dejo volar la tristeza 
como si fuera una bolsa de aire.

Si quieres te llevo a ver mundo
a 2000 km de donde estemos
y te abrazo tan fuerte 
que se aplasten las penas.

Si quieres descuelgo el teléfono,
desnudo la cama
y perdemos el norte.

Si quieres declaro la guerra 
a todos los poros de tu piel,
y cruzo tu espalda
y me cuelgo en tu cuello.

Si quieres te hago poesía,
apago farolas,
enciendo la luna
y deshago los planes.




Tiene algunos años, pero desde ayer está en la mesita de una tetería y bueno, aquí está.. :)

sábado, 27 de abril de 2013

11

Estoy perdida,
tanto,
que no sé diferenciar
cuando hablo del amor
y cuando pronuncio tu nombre.
Que nunca espero que vuelvas,
pero cuando lo haces
 me dan ganas de revelarme contra el mundo.
Lo cierto es que hace tiempo
que no espero encontrarte,
y no lo espero porque guardas en otros labios tus suspiros
y vuelas por encima de otras sábanas
que seguramente no saben
que tu cuerpo es más cielo que todas las estrellas juntas,
escondes en otras bocas gemidos que no son míos,
y es otra, y no yo quien te ve ser completamente tú,
dejarte llevar, gemir y caer rendida a su pecho.
Es otra y no yo,
no te espero amor,
pero te espero.

jueves, 25 de abril de 2013

Empezar a explicarlo

Empezar a explicarlo
sería como comprar un libro en blanco
y dejarle un infinito de hojas vacías,
pero llenas de por si acaso.

Cómo explicar, que quiero que vuelvas,
pero no.
Que he comprendido que lo difícil
es a veces más sano dejarlo de lado,
en el nido olvidado de alguna gaviota,
pero yo siempre fui más de arrastrar
el cuerpo por la tierra
y besarle los pies a lo imposible.

Que una parte me explica,
coherente,
que lo sensato,
lo más saludable
es esto.
Y luego llega la otra parte
que es huracán,
arco iris,
delirio
y sin razón,
amante de las pelis sin sentido,
la que te quiere hasta doler,
la que me dicta esto que escribo,
que si fuera bonito,
no te llegaría ni a las suelas,
me grita,
con un pistola en la sien,
que no deje pasar un segundo
sin pedirte que vuelvas,
y yo tan cuerda
me dejo disparar.
Me ordena que me folle a lo imposible,
que el olvido se disuelve en un par de cervezas
y que, joder, todo es más cuando estás tú,
porque eres TÚ.

Empezar a explicar lo indescriptible,
es casi tan difícil
como dejar de pensarte.

Empezar a explicarlo,
diciendo que eres tú,
sin quererlo
eres
y no otra persona
la que se pasea pisando los cristales,
(que desde que te fuiste habitan en mi pecho),
de bohemia, corazón.


Empezar a explicarlo,
sería intentar describirte,
y eso, amor,
es la única poesía.

lunes, 22 de abril de 2013

10

Dormirme feliz,
con una sonrisa que no cabe en el colchón.
Enredar los sueños entre las sábanas
y que aunque tu cuerpo no viaje por ellas,
ansían por conocerte de memoria.
Dormirme feliz por hablar contigo,
por retratarte en poesía.
Porque entras en todos mis sueños bonitos.
Porque llegaste con cara de un verso
de Bécquer,
Neruda
o Benedetti,
y a mí me faltan árboles
para escribirte.
Dormirme feliz,
porque estás
aunque no estemos.
Feliz por esperar tus 'Buenos días'.

Y que ahora tenga insomnio, amor
no sé a ti,
pero a mi se me rompe el alma,
y todos los pedazos llevan tu nombre.


9

Buenas noches amor,
sueña bonito.
Que no te roben los sueños,
si eso, la sonrisa.
Que no te abandone nunca la poesía,
no te abandones.
No te mueras cada día un poco más
sin haber amado,
ni aprendido,
que al caso es lo mismo.

Duerme bien, amor,
que mañana será otro día
en el que nuestros corazones
se queden exhaustos de olvido.
Descansa y deja desplomada a la tristeza
con esa risa tuya
tan devastadora.
Que no te preocupen las tormentas
que dejas a tu paso,
que de eso ya se encargará el invierno.

Que no te engañen,
que eres flor,
poesía,
olas de mar
y no otoño,
ni frio,
ni lluvia,
ni invierno.

Olvida lo malo,
pero recuerda que aquí
eres verso,
mar,
lírica,
sonrisa,
gemido,
maravilla
y universo.

Buenas noches, amor.

domingo, 21 de abril de 2013

8

Volví a fallar,
pensando que volverías,
que llegaría el momento
en el que cerrarías los ojos
y me pensarías.
Fallé creyendo en algo,
cuando no había nada más
que vaho de los gemidos que no fueron,
hierba seca de lo que no llegó
a florecer.
Fallé y nos convertimos en un diente de león,
sin deseo,
en un montón de palabras desgastadas
en la boca de otros poetas.
Fuimos dos versos
sin rima,
ni amor,
ni palabras.
Fallé al creer que eramos fuego,
cuando antes de conocernos
nos habíamos reducido a cenizas,
y todos saben que las cenizas queman
pero no arden.
Creamos un refugio
en el que yo quería quedarme a vivir,
y en el que tú trazabas planes para huir.

martes, 16 de abril de 2013

7

Se acabó, hasta aquí.
Y te fuiste, como arrollándolo todo, un poco más,
como una tormenta de verano,
como si pudiera olvidarte.
Te fuiste, sin que llegáramos a ser, aunque fuimos.
Sin más excusa que la que nos puso la vida.
Entraste en mí en invierno,
como una estufa,
despedazando a la rutina, a los horarios,
combatimos al frío, pero en habitaciones separadas.
Y te vas, y a mí, hoy a 26 ºC,
me llega todo el frío del invierno de golpe.
No sé que parte del cuerpo me duele,
porque lo importante se ha ido contigo.
¿Cómo duermo yo ahora?, sin que me des los buenos días.
Tengo miedo a los monstruos de debajo de la cama,
a las pesadillas que suponen no poder soñarte.

Se acabó.
Y yo solo quiero llenarte de poesía por dentro.
Amarte hasta que duela, soñarte hasta morir.
Embadurnarte de todo el amor que suponen la saliva y el sudor.
Comerte hasta saciarte.
Mirarte hasta que se me cierren los ojos, y vuelta a empezar.
Quererte hasta que vuelvas, aunque no lo hagas.
Dormirte a versos, despertarte a besos.
Enamorarme, como desde que nos conocimos, cada día un poco más.
Aprenderme los caminos que me lleven a tu cuerpo.
Olvidar tu piel, para estudiarla cada noche.

Puedo hacer como que no te pienso,
llorar por dentro,
sacudirme y abrigarme en otros cuerpos,
pero no puedo olvidarte.
No quiero.
Puedo refugiarme un tiempo en otras bocas,
que no sepan ni siquiera pronunciar tus frases,
en otros ojos que desboquen corazones,
pero no puedo enamorarme,
no ahora,
no después de ti.
Nadie en su sano juicio, puede enamorarse después de conocerte a ti.
No puedo,
por muchas vueltas que le dé,
por mucho que me abracen,
por muchas cervezas,
no sales de mi mente ni un segundo.

No quiero desconocerte,
ni olvidarte,
ni borrarte de mi vida.
No quiero insistirte,
ni aburrirte,
ni dejarte.
No puedo dejar de escribirte.
No quiero dolerte, como tú me dueles.
Pero quiero recorrerte,
desde el pie hasta el horizonte.

domingo, 14 de abril de 2013

6

Nos invadió la realidad,
como atraviesa la tristeza algunos cuentos de Disney.
Nos destrozamos en la distancia
y tachamos de tabú la palabra 'sentimiento'.
Se instaló el frío en nuestros corazones,
pero siempre volvía tu recuerdo, que no tú,
para derretir el hielo,
y este acababa por salir en forma de lágrima.
No es cierto que te eche de menos,
no ahora, no a ti,
no me malinterpretes,
echo de menos lo que teníamos,
que como todos los recuerdos
acabará por convertirse en humo.
Y aunque escuece, cuando te 'recuerdo',
sigues siendo la sensación de felicidad en las orejas,
pero ya de otra forma, más nostálgica, como mirando al pasado.
Al fin y al cabo escribir no es más que una terapia.
Nos acabamos en menos de lo que tarda en consumirse una cerilla,
pero yo no acabé por apagarme.
Echo de menos escribirte, palabras(,) bonita(s), y soñar con tu espalda.
Echo de menos esas sonrisas sin sentido que me delataban.
Te ahogaste en el mar de la distancia,
cuando lo cierto es que a mí me sobra oxígeno que darte.

jueves, 11 de abril de 2013

5

¿¡Qué me vais a contar!?
Si hasta la cerveza se derrama
gloriosa y triunfante,
por un segundo y medio en su boca.
¿Qué me vais  a decir de lo boquiabierto que se queda el cielo?
Si yo aún no he cerrado la boca.
Ni de sus piernas, ni de su pelo
¿Qué me vais a contar?
Si el tiempo se esconde a su paso,
para que no envejezca.
Si se come el mundo con los ojos.
Si tiene una mirada azul ceniza
que me destroza el corazón.
¿Qué me vais a contar?
Si yo solo quiero ser
su segundo y medio,
su locura,
su cerveza.

4

Como llueva también en la calle, esta primavera va a tener humedades por todas partes.
Tú, eres lo que el mundo me ofrece por las cosas buenas, y a la vez, en parte, cuando te vas,
lo que me reprocha por todo lo que he hecho mal.
Y te echo de menos, tanto que ya no sé como era vivir sin tenerte en la cabeza,
y en el pecho. Te has instalado en el corazón, cual ocupa.
Esto es como una película, pero sin un final feliz ni un 'y se comieron'.
Y no sé, no sé nada.
Pero eres la perfección, al completo, todo lo que era 'todo'.
Llegaste con el mundo entre las manos y lo cambiaste por mi vida,
y ahora te da por apretar los puños.
Y me haces daño y falta.
Y no sé se es mejor así, porque lo mejor sería tenerte entre mis brazos, y no soltarte,
lo mejor sería verte dormir, soñando, verte comer, reír,
 y que la palabra eternidad nos inundara los ojos.
Lo mejor sería robarte miles de madrugadas y regalarte todas mis mañanas.
Lo mejor sería amarnos desde los pies a la cabeza, del cielo al suelo,
del alma al corazón.
Pero yo no sé nada ya, porque todo duele,
cuando te vas y cuando te quedas.
Así que no puedo juzgar, ni lo malo ni lo bueno.
Y solo sé que te quiero en mi vida, aunque duela. Como puedas,
pero que no te escapes.
Y quererte desde dentro y en silencio si te duele menos, y quererte aunque me rompa.

martes, 9 de abril de 2013

3

Fuimos el invierno más frío de la historia,
te marchaste en menos de dos meses.
Fuiste mucha musa para un simple verso.
Fuimos, desde que nos conocimos, un abrazo de despedida.
Fuimos esa luz de las estrellas cuando llevan 30 años apagadas.
Quisimos primavera cuando solo había kilómetros
Enamorarme de ti fue como querer mojarme de lluvia
al otro lado del océano.
Fuimos una acorde bonito pero mal puesto.
Ya ves, y luego te marchaste.
Doliendo pero sin destrozarme, aunque pienses lo contrario.
Ya ves, fuimos puro invierno.

Al fin y al cabo nunca fuimos nada.
Al fin y al cabo nunca fuimos.
Al fin y al cabo nunca.
Al fin y al cabo nada.

Al fin y al cabo nunca hubo un tú y yo,
sino un tú y un yo, a medias,
que a ratos eran la suma perfecta,
pero que empeñaban en restarse,
y la distancia acabó por dividirnos,
y mi tristeza se multiplicó,
se elevaron al cubo las ganas de verte,
de darte un beso, el beso,
y decirte en un abrazo que todo esto es mentira.

Quizás la solución esté en no preguntar el por qué,
si quieres pero no quieres, porque puedes pero no,
y yo te quiero a secas, pero mojada.

2

No sé cómo deshacer todos lo besos que no llegamos a darnos
y que se aferran a mis labios más que las palabras.
Ni todos los abrazos que me incomodan en los hombros,
ni todas las caricias que se amontonan en mis manos.
No sé cómo deshacer todo esto que me dejas,
si la primavera ya está aquí y yo aún no sé cómo sacar de la cama al invierno.

Cómo voy a olvidarte,
si trajiste el mundo entre las manos,
si se me derrumban los versos y la vida
cada vez que decides marcharte,
y me enciendes el alma por poco que vuelves.
Si cuando supe tu nombre, ya dolías.
Cómo voy a olvidarte, si lo que pasa es que llevo recordándote toda un vida.

1

Se me ha ido de las manos.
Tendí a infinito en una relación sin futuro,
como una función sin asíntotas.
Imaginé paisajes de viajes en los que nunca estuve.

Te me has ido de las manos,
los ratos en los que tomé las riendas el caballo se desbocó.
La palabra libertad se me olvida
cada vez que decides marcharte.
Adelanté acontecimientos
como leyendo futuros imposibles en una bola (negra) de cristal.
Soñé con tus manos, con tu cuerpo
antes siquiera de conocerte.
Quise volar en tu memoria antes que en tu imaginación.
Fuiste un recuerdo antes que una promesa.
Fuimos un híbrido entre futuros imposibles
y más complicaciones que distancia.
Fuimos la parte que nunca suena en un disco rayado.
Ya sabes, jugué y me quemé.

Se me ha ido de las manos.
Lo sé desde que todas las canciones me recuerdan a ti.
Desde que te pienso al entrar y al salir de las sábanas.
Desde que duermo menos por soñarte.
Desde que dejé de sentirte orgasmo,
para sentirte poesía.
Aunque acostumbren a mezclarse.
Echarte de menos sabiéndome perdida.

Me anticipé y la jugada estaba escrita,
de una forma diferente.
Quise abrirte puertas,
ponerte la silla,
pero tú preferías las ventanas y
ya habías terminado de cenar.
No sé si me explico,
tampoco es que lo intente,
pero este mundo se tiñe de ocre si no estás.
Debería empezar a entender que esto es solo ruido,
un humo contaminado de cosas que solo pueden doler.

Se me ha ido de las manos,
lo sé desde que todas las sonrisa que me saca(ba)s,
que no son pocas,
se vuelven heridas sin cicatrizar.