viernes, 11 de abril de 2014

No nos conocemos,
pero encuentro mi hogar en su cara.
Y me late el corazón por las paredes.
Y siento crecer las mariposas 
una
a
una 
si me mira. 

No nos conocemos 
pero es primavera
y la besaría una vez por cada flor
todos lo días.

No nos conocemos,
y a mí se me desordenan las entrañas
si la veo pasar.
Y yo ya no sé.
 
No nos conocemos
pero los domingos 
serían un poco más viernes,
y los lunes, cualquier festivo,
debajo de su ropa. 


lunes, 7 de abril de 2014

Equilibrista

Cierro los ojos, me acuerdo de la curva de tu sonrisa,
-ahí me mataría yo-.
Invento mil maneras de hablarte y presentarme como el amor de tu vida,
pero todo el valor se rompe cuando te miro.
Cierro los ojos, de fondo una canción, suena bonito,
podría ser tu canción preferida.
Pienso en tus formas, en lo rizado de tu pelo.
-mis manos suicidándose en tu pelo-.
Vuelvo a cerrarlos, sueño en domingos contigo,
centrando toda mi vida en tu ombligo.
Y recuerdo la última vez que me miraste,
lo hiciste como quien mira un cielo nublado
y no sabe si quiere que llueva.
Recuerdo también que a mí el corazón me latía hasta por las paredes,
que saltaba queriendo más
y que te alejaste.


Te vi alejarte
y el suelo bailaba contigo,
desde entonces hago equilibrismo en los bordillos.

Escala de grises

Me dijo: -No todo es blanco o negro, hay una gran escala de grises.
Y a mí que el gris, como lo templado, me asquea, decidí terminar con todo, borrar todo aquello de mi vida, y echarle de menos.
Me rompí un tiempo y dejé de contar flores.
Tuve miedo. Mucho.
Los abrazos no me abrazaban, no había mirada que me llenase y todo estaba gris.
Maldito gris.
Fui un intermedio entre la paciencia, la amargura y la agonía.
Un no saber qué hacer, qué mirar o qué creer.
Me golpeé con otras bocas que no me dolieron.
Traté de no dolerle a nadie, ser una colcha para aquellos que estaban cerca.
Cuando intentaba ordenar mi vida, solo encontraba pedazos que no encajaban con nada.
Y un día el tiempo me cogió cariño, era primavera de nuevo y la noche olía a jazmín.
Encuentro ojos que me responden a todas los problemas de existencialismo y flores que me recuerdan que la vida tiene color.
Y que el gris se lo quede quien lo quiera que yo me quedo con la primavera.