martes, 16 de abril de 2013

7

Se acabó, hasta aquí.
Y te fuiste, como arrollándolo todo, un poco más,
como una tormenta de verano,
como si pudiera olvidarte.
Te fuiste, sin que llegáramos a ser, aunque fuimos.
Sin más excusa que la que nos puso la vida.
Entraste en mí en invierno,
como una estufa,
despedazando a la rutina, a los horarios,
combatimos al frío, pero en habitaciones separadas.
Y te vas, y a mí, hoy a 26 ºC,
me llega todo el frío del invierno de golpe.
No sé que parte del cuerpo me duele,
porque lo importante se ha ido contigo.
¿Cómo duermo yo ahora?, sin que me des los buenos días.
Tengo miedo a los monstruos de debajo de la cama,
a las pesadillas que suponen no poder soñarte.

Se acabó.
Y yo solo quiero llenarte de poesía por dentro.
Amarte hasta que duela, soñarte hasta morir.
Embadurnarte de todo el amor que suponen la saliva y el sudor.
Comerte hasta saciarte.
Mirarte hasta que se me cierren los ojos, y vuelta a empezar.
Quererte hasta que vuelvas, aunque no lo hagas.
Dormirte a versos, despertarte a besos.
Enamorarme, como desde que nos conocimos, cada día un poco más.
Aprenderme los caminos que me lleven a tu cuerpo.
Olvidar tu piel, para estudiarla cada noche.

Puedo hacer como que no te pienso,
llorar por dentro,
sacudirme y abrigarme en otros cuerpos,
pero no puedo olvidarte.
No quiero.
Puedo refugiarme un tiempo en otras bocas,
que no sepan ni siquiera pronunciar tus frases,
en otros ojos que desboquen corazones,
pero no puedo enamorarme,
no ahora,
no después de ti.
Nadie en su sano juicio, puede enamorarse después de conocerte a ti.
No puedo,
por muchas vueltas que le dé,
por mucho que me abracen,
por muchas cervezas,
no sales de mi mente ni un segundo.

No quiero desconocerte,
ni olvidarte,
ni borrarte de mi vida.
No quiero insistirte,
ni aburrirte,
ni dejarte.
No puedo dejar de escribirte.
No quiero dolerte, como tú me dueles.
Pero quiero recorrerte,
desde el pie hasta el horizonte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas