jueves, 11 de abril de 2013

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Como llueva también en la calle, esta primavera va a tener humedades por todas partes.
Tú, eres lo que el mundo me ofrece por las cosas buenas, y a la vez, en parte, cuando te vas,
lo que me reprocha por todo lo que he hecho mal.
Y te echo de menos, tanto que ya no sé como era vivir sin tenerte en la cabeza,
y en el pecho. Te has instalado en el corazón, cual ocupa.
Esto es como una película, pero sin un final feliz ni un 'y se comieron'.
Y no sé, no sé nada.
Pero eres la perfección, al completo, todo lo que era 'todo'.
Llegaste con el mundo entre las manos y lo cambiaste por mi vida,
y ahora te da por apretar los puños.
Y me haces daño y falta.
Y no sé se es mejor así, porque lo mejor sería tenerte entre mis brazos, y no soltarte,
lo mejor sería verte dormir, soñando, verte comer, reír,
 y que la palabra eternidad nos inundara los ojos.
Lo mejor sería robarte miles de madrugadas y regalarte todas mis mañanas.
Lo mejor sería amarnos desde los pies a la cabeza, del cielo al suelo,
del alma al corazón.
Pero yo no sé nada ya, porque todo duele,
cuando te vas y cuando te quedas.
Así que no puedo juzgar, ni lo malo ni lo bueno.
Y solo sé que te quiero en mi vida, aunque duela. Como puedas,
pero que no te escapes.
Y quererte desde dentro y en silencio si te duele menos, y quererte aunque me rompa.

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