sábado, 10 de agosto de 2013

Mi arte

Mirarte
fue poner toda mi vida
en tus manos.
Cuando supe tu nombre
ya habían estallado
miles de fuegos artificiales
en mi pecho.

Mirarte
fue entender a los poetas.
Mirarte
fue mi arte.
Después
llegaron todos los poemas.

Mirarte
fue entender el amor
porque amor
era mirarte.
Cuando preguntaban
por el amor
a mí
solo se me ocurría
llevarles a tu casa.


Pero los versos más tristes
se repetían todas las noches.
Me enamoré de ti
y nunca llegué a conocerte.


Que hay amor eterno,
porque hay cicatrices
que señalan vidas
y yo,
amor,
llevo tu nombre
a fuego en las entrañas.

Dicen que en la vida
se aprende a golpes,
y tú fuiste el golpe
más fuerte de mi vida.

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