jueves, 17 de marzo de 2011

Me apetece guardar algún recuerdo.

Puedo olvidarte, puedo bajar la vista cuando pases, puedo perderte, puedo conocerte, puedo sonreírte, hablarte, amarte, hacerte. Puedo extrañarte, puedo perseguirte y observarte, puedo quererte.
Puedo odiarte, por esto, que es todo, que es nada.
Y de repente sin saberlo, el frío, los nervios, te miro, los temblores, te miro, se me olvida hasta quien soy, quien eres, que hay, quien me habla y quien se da cuenta. De repente se me olvida que estoy viva, se me olvida respirar, se me olvida disimular. Se olvida, hasta que te vas, y me sorprendo sonriendo, nerviosa, con un par de grados de más, temblando, con ese frío instantáneo que dejas. Que me dejas. Y solo se me ocurre quererte, desde lejos, pero más que nadie, más que a nada.

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