miércoles, 27 de noviembre de 2013

Carta de despedida


A todos los amores imposibles, a todas las musas que más que musas eran heridas, a todos los sueños rotos, y los que se quedaron a medias. A todos las heridas del pasado.
A los amores que no vinieron pero tampoco quisieron marcharse, a las heridas sin sentido, a los amores pasajeros a los que no llegue a hablarles. A las distancias.
A los objetos perdidos.
A todo el daño forjado y concentrado en mi cuerpo.
No quiero volver a veros, ni a saber nada.
Quiero que os convirtáis en cicatriz con el viento de este otoño gris, que dejéis de doler, que no volváis nunca a meteros en mis cuadernos, ni en mi vida.
Que perdáis las llaves de mis días, os olvidéis de mi cara, de mis formas, de mi tiempo, de mis ganas.
A todos, fuera.
A pasar todo el frío que habéis provocado en mis entrañas, a calar los huesos de otros cuerpos a los que sepáis querer.
A todas las vidas que había imaginado a vuestro lado y los paraísos perdidos. Adiós.
Perderos de mi vista y no volváis, no vais a tener a dónde. Separad vuestros sucios recuerdos de las canciones de amor.
Olvidad mi nombre.
"Que seáis felices, pero lejos".
Que estas heridas solo supuran versos tristes y todos llevan vuestro nombre.
Adiós a los domingos tristes, a reconoceros en otros cuerpos, con nombres diferentes, pero siempre lo mismo.
"Este adiós no maquilla un hasta luego".

Habéis sido las piedras más bonitas de mi vida, pero estoy harta de tropezar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas